jueves, 22 de diciembre de 2011

SOLSTICIO DE INVIERNO


Hoy comienza el invierno, los días se hacen fríos. La naturaleza duerme, todo está helado. Los vientos gélidos nos empujan a refugiarnos en el calor del hogar.
Ahora no es momento para la acción, sino para la quietud. Debemos descansar y tener la esperanza de que la primavera volverá. Es momento para pensar en lo que deseamos conseguir más adelante, y como no, es un momento ideal para trabajar con los sueños y recibir mensajes. Las estrellas ahora brillan más fuertes para mostrarte el camino, y es posible que algo tengan que decirte.
Acabamos de pasar la noche más larga y oscura del año. A partir de ahora los días empiezan a ser más largos.  En muchas culturas se celebra el solsticio de invierno con una gran fiesta y con intensas purificaciones. Es el nacimiento del sol, el nacimiento del Dios. Incluso se dice que Horus nació en el solsticio de invierno. Y se representa esta fecha con Isis amamantando a Horus.

Te invito a hacer un sencillo ritual en el día de hoy. Vas a fabricar un atrapasueños o un carrusel, como el que se pone en las cunas de los bebés. Vas a necesitar mimbre o alambre para hacer el aro y lana y cintas de colores para decorarlo. Decide tú si en este momento necesitas pedirle a Horus que te de la fortaleza del sol naciente para emprender algún proyecto, o para cualquier tema más masculino (que en este caso deberás hacer dibujos del ojo derecho de Horus) y si por el contrario deseas aprovechar este momento de calma para recibir mensajes de los sueños, intensificar tu intuición y tus habilidades psíquicas (que en este caso deberás dibujar en papel el ojo izquierdo de Horus que corresponde a la luna y a aspectos más femeninos).
Haz varios dibujos y cuélgalos del carrusel. y haz esta breve invocación:

Invocación solar
Horus, señor del sol,
Dios de la vida y de la luz
Tu viajas cada amanecer trayéndonos el sol
Con tu fortaleza vengaste a tu padre y venciste a Seth
Con tu ojo derecho ven a mi
Concédeme lo que necesito
A través de tu antiguo nombre,
Hor te invoco !!!

Invocación lunar
Horus, divino halcón
Hijo de Isis, hijo de Osiris
Extiende tus alas, alza el vuelo
Y permíteme ver a través de tu ojo
Ya que con tu ojo izquierdo ves más allá de los sueños
Agudiza mi visión
Que la luna me guíe en la oscuridad de la noche
Para que los sueños me revelen tus misterios
Hor ven a mi !!

Habla con Horus, cuéntale lo que necesitas. En cada uno de los ojos de Horus que has dibujado escribe una palabra o frase de aquello que deseas atraer y posteriormente cuelga el carrusel o atrapasueños cerca de tu cama para cada vez que te acuestes o te levantes lo veas y recuerdes que Horus vela por ti.

lunes, 19 de diciembre de 2011

HAZ TU PROPIO OJO DE HORUS

Este es un amuleto que utilizaban los sacerdotes egipcios para desarrollar sus capacidades de videncia y telepatía. Se lo conocía también con el nombre de Udjat, que significa ojo místico, y se creía que proporcionaba la bendición solar del dios Ra, aportando fuerza, vigor y claridad mental a quien lo poseía.
Para fabricarlo es necesario proveerse de un trozo de jaspe o de lapislázuli y exponerlo durante tres días completos a la luz del sol, pronunciando al atardecer la siguiente invocación:
El dios Thot ha preparado el Ud¡at para que Ra mande su fuerza. Estoy sano. Está sano Nebesti, el señor de la Piedad. Tú, cuyo ka asciende con alas cuando el ojo de Horus remonta con las alas de thot por el lado de Oriente sobre la divina escalera. ¡Oh mortal cuyo cuerpo quieres elevar a los cielos! Sigue la mirada de Horus y coloca ante él, ante su hermano y ante cada espíritu este talismán que llegará al cielo.
Una vez confeccionado el objeto es conveniente tenerlo siempre cerca, ya sea usándolo pendiendo del cuello o transportándolo en una pequeña bolsita hecha de terciopelo. Nadie, excepto el dueño del talismán, debe tocarlo, ya que en manos extrañas pierde toda su energía benéfica.

OJO DE HORUS


Udjat ó el Ojo de Horus, símbolo protector, existen dos clases de ojos, el ojo derecho y el izquierdo, el derecho es blanco y representación al sol y el otro es negro y representa a la luna, el ojo que mas conocemos es el derecho (el blanco) era el que se representaba en el amuleto que muchos conocemos, también se le llamaba el Ojo de Re, el ojo del sol se asociaba con el verano, época en las que se hacían las ofrendas, así se les daría poder a los nuevos amuletos, momento cuando estaba en su mayor resplandor.
Del ojo derecho Hathor, dio poder a su espejo mágico, donde veía el futuro por una cara y por la otra, la verdadera personalidad de la persona que preguntaba.
Seth hirió el ojo izquierdo de Horus, durante una gran lucha en el desierto, la Diosa Hathor sanó su vista, con leche de gacela.
El Ojo de Horus el derecho (el sol), se realizaba en oro, plata o también en lapislázuli o porcelana azul, amuleto para evitar los mal de ojo.
El izquierdo (La luna), se realizaba con hematites o jaspe rojo (piedra sagrada de Isis) o cornalina, normalmente se colocaba encima de las momias para asegurar el camino al mas allá, viaje que se realizaba en la barca solar de Re.
Udjat, se utilizaba como amuleto en el antiguo Egipto para, la salud, tener suerte, curar los mal de ojo, curaciones espirituales y para dar mucha energía.
Los magos del antiguo Egipto, lo utilizaban para visualizar el futuro, método que aún hoy por hoy, utilizan muchos clarividentes para atraer su energía y poder.

A través de esta forma simbólica, los antiguos sacerdotes explicaban la fuerza de las polaridades, dándole al sol el nombre de Ojo Derecho y a la luna el de Ojo Izquierdo. Ambos representaban la eterna y vigilante atención del Padre de los Dioses hacia la humanidad, observando desde los cielos. Ahora bien, nos encontramos que siempre era un ojo por vez, ocasionalmente los dos cuando la luna y el sol se hallan en el cielo y aquí el simbolismo de la unidad es otro, basado sobre "el" y no "los" ojos. ¿Y qué es lo que se oculta detrás de esta enseñanza? El ojo lleva el nombre de un gran Maestro anterior en decenas de miles de años a los antiguos asentamientos predinásticos, él se llamaba Hor Ra y hoy lo conocemos como Horus
Y de entre sus sagradas enseñanzas dio a los hombres de aquella época, el contenido espiritual y místico a la vez que científico, del poder de la mente y el alma, concentrados en un solo punto energético del aura mental, el cual se expresa desde el centro de la frente hacia el espacio. Le llamamos Tercer Ojo y está asentado donde se ubica la glándula pineal, siendo el producto de los sentidos visuales que, al polarizarse, forman una única valencia neutra, la cual es este instrumento que todos los seres humanos tenemos, para dotar de una constante y equilibrada clarividencia a cada uno de nosotros, con el fin de utilizarla en nuestra vida. El Uchat, llamado así por los sacerdotes de los antiguos templos, es también una medida de peso, ya que cada una de las fracciones en las que se divide al dibujarse, representa la unidad de volumen para medir los granos, llamada hekat.
De la tradición extraemos el conocimiento de que en los grandes trances iniciáticos, los sacerdotes y sacerdotisas pintaban el Ojo de Horus sobre su frente con los colores rojo, verde, dorado, azul, amarillo y negro, componiendo así una sinfonía cromática externa, que se unía con el canto procedente de la mente y el aliento, para vivir los grandes milagros que la mística iniciática guarda en el seno de su intimidad. Las mujeres pintaban el ojo correspondiente a la luna y los hombre el ojo derecho correspondiente al sol. Pocos templos quedan hoy que hayan sido dedicados totalmente a la veneración de este símbolo sagrado, los cuales basaban la práctica espiritual en el despertar del Tercer Ojo, logrando trasladar de la ensoñación semiconsciente de la mente dormida del adepto, hacia una supraconsciencia, capaz de taladrar mediante el dominio de su único ojo, los mismos basamentos sobre los cuales los universos se han fundado. La alquimia astral, Ciencia que nos enseña acerca de esta expansión del poder del alma manifestado en la carne, nos ha dado pautas mediante las cuales es posible observar el Tercer Ojo de los seres humanos, y esta práctica demuestra que son muchas las fases que recorre el ojo a través de su colorido tránsito en busca del oro solar, el oro superior. Todos somos alquimistas, el punto está en llegar a poner en práctica la sagrada fórmula que nos permita la transformación.

EL HALCÓN EN EGIPTO


El halcón común fue otra de las divinidades cósmicas que se adoraron en Egipto Simbolizó al Bajo Egipto, se vinculó al rey vivo y a todos los dioses guerreros.
La divinización de este pájaro posiblemente se debió a la admiración hacia el halcón peregrino, una espléndida ave de rapiña, bastante agresiva, que surcaba el cielo egipcio de forma majestuosa.
El culto a deidades identificadas con el halcón en Egipto fue algo muy extendido. Suponemos que en el Periodo Predinástico muchos de estos halcones se fusionaron en Horus
el distante.
Se entendió que tenía por ojos el Sol y la Luna. Es decir, se pensó que era una transfiguración del Sol, tomando el nombre de Hor-Behedeti, y a la vez se convirtió en un símbolo real. El monarca era un halcón en la tierra, era la hipóstasis de Horus, por lo que era el propio dios Horus.
En la necrópolis de Sakkara existía un lugar donde estas aves eran enterradas con toda clase de cuidado y respeto ya que en muchos templos donde se adoraba al halcón se criaban estos animales. No todos los ejemplares fueron considerados sagrados sino que constituían ofrendas o presentes agradables a la divinidad que los peregrinos llevaban a los lugares de culto, sobre todo en Baja Época. El halcón elegido como ofrenda era únicamente el depositario de la encarnación terrestre del dios.
Dos de los cinco nombres del rey estaban identificados con el halcón: el nombre que se introducía en un Serej y el denominado Horus de Oro .
En Egipto también encontramos, aunque en muy contadas ocasiones y en épocas muy tardías, halcones femeninos. Éstos se hallan, por ejemplo, en las criptas del templo de Dendera y representan a la diosa Hathor o a la diosa Isis.
En contextos funerarios protege la nuca o el pecho del difunto.

HORUS, DIOS HALCÓN

Dios celeste en la mitología egipcia –Hor-. Se le considera iniciador de la civilización del Nilo. Es una deidad conocida desde la época predinástica. Su nombre en griego Horos y su deidad Apolo. En Egipto fue representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón. También como un disco solar con alas de halcón desplegadas sobre puertas y salas de los templos. Forma parte de la triada Osiriaca: Osiris, Isis, Horus. Según la mitología Geb –la tierra de Egipto- y su esposa y hermana Nut –el cielo- dan vida a dos varones, Osiris y Seth y a dos mujeres: Isis y Neftis. Osiris se casa con Isis y Seth con Neftis. La leyenda cuenta de los innumerables enfrentamientos entre Osiris y su hermano Seth. Gracias a un engaño Seth logra asesina a Osiris, lo descuartiza, oculta sus restos y los reparte por todo Egipto para evitar que sea encontrado. Isis logra recuperar todos los restos de su difunto esposo Osiris pero hubo una parte que nunca pudo hallar, el pene. Isis utilizó sus poderes mágicos para resucitarlo y a partir de ese entonces gobernaría en el país de los muertos -la Duat. Utilizando sus poderes mágicos, cuenta el mito que Isis concibió a Horus, hijo del resucitado Osiris. Al poco tiempo de nacer fue escondido por su madre y lo dejó al cuidado de Thot, dios egipcio de la sabiduría, que lo instruyó y crió hasta convertirse en un excepcional guerrero. Al llegar a la mayoría de edad Horus lucha contra Seth para recuperar el trono de su padre. Seth quedó como el dios del Alto Egipto y Horus del Bajo Egipto. Luego Horus fue el dios de todo Egipto, mientras que Seth el Dios del desierto y de los pueblos extranjeros. Este mito tiene como significado la lucha entre la fertilidad del valle del Nilo (Osiris) y la aridez del desierto (Seth).
 Como entidad relacionada con el sol, Horus desempeñaba una función concreta, la defensa de la barca de Ra (el sol) cuando surca el cielo nocturno. Para ello debería arponear a la serpiente Apofis para evitar que ésta atacara el navío del sol impidiendo su trayectoria. Es realmente curioso que, al igual que en el Sema taui, bajo este aspecto Horus aparezca acompañado y ayudado por Seth que le asiste en la defensa de Ra y que además Seth se identifique con la dañina Apofis a la que Horus pretende aniquilar o controlar. De nuevo nos encontramos con la fusión de distintos mitos, siendo éste uno de los múltiples ejemplos donde la dualidad y la reunión de distintas leyendas se aglutinan dando origen a una figura mítica que parece rompernos los esquemas. Relacionado también con el sol (Ra), Horus forma parte del llamado mito de "la Diosa Lejana", (fusionado a Shu y a Onuris) donde surge como el héroe que hace retornar a Egipto a la diosa Sejmet, antes encolerizada, y ahora pacífica.
Horus, tiene distintos aspectos y diferentes nombres, algunos de ellos son:

HARENDOTES (Hor ndye her atef)
Horus Vengador de su Padre.
*HARPRA (Har pa Ra)
Horus el sol.
HAROERIS (Her-Ur)
Horus el Grande / Horus el Viejo.
HARPÓCRATES (Har pa Jard)
Horus el Niño.
HARSIASE (Har sa aset)
Horus Hijo de Isis.
HARSOMTUS (Hor semataui)
Horus Unificador de las Dos Tierras.
*HORAJTI (Hor ajti)
Horus en el Horizonte.
*HOR BEHEDETI (Hor Behedeti)
El que es Originario de Behedet.
*HORIMYSHENUT (Hor imy shenut)
El que Está en Shenuet.
*HORMERTY (Hor Merty)
Horus el de los Dos Ojos.
*HORNEJENY (Hor Nejeny)
Horus el que es Originario de Nejen.
*HORPANEBTAUI (Hor Pa neb taui)
Horus Señor de las Dos Tierras.

Pese a todos estos aspectos, básicamente podemos distinguir en Horus dos formas distintas, que a su vez, dan vida a otras manifestaciones y que a menudo llegaron a fundirse sin que a veces podamos establecer cual es la frontera entre uno y el otro. En primer lugar tenemos a Horus el Viejo, un dios guerrero y potente que personifica aspectos relacionados con el cielo. En segundo término, al Joven Horus una deidad más débil, más inconsciente e impulsivo precisamente por su juventud, aunque con manifestaciones que concretan su función de vengador de su padre, de hijo de Isis etc.
Otro curioso aspecto que aparece a partir del Período Tardío es la representación del joven dios en una particular estela o en un amuleto de uso apotropaico. En ella, la divinidad se encuentra pisando unos cocodrilos y sujeta en las manos animales venenosos como serpientes y escorpiones. Se empleaba para sanar o evitar los daños de todo aquel que hubiera sido picado por uno de estos animales ponzoñosos ya que poseía poderes curativos.