lunes, 31 de octubre de 2011

EL ESCORPION Y LA MUERTE



Los egipcios utilizaron ampliamente a los insectos en su iconografía y mitología, así como al escorpión. Como todos los animales peligrosos el escorpión recibió en Egipto una veneración divina. Representaba junto a la serpiente una encarnación de las potencias del caos amenazantes del orden del mundo. Sin embargo, si se podían dominar resultaban beneficiosos. Tal vez por ello se llevaban pequeños amuletos en el periodo Arcaico, posiblemente como protección.
El escorpión es un arácnido muy corriente en Egipto y se entendía como un animal femenino.
Aparece representado en momentos muy tempranos, ya en Nagada II encontramos vasos que adoptan la forma de este animal. Más tarde, un soberano del periodo de Nagada III empleó al escorpión como distintivo de su propio nombre, quizá queriendo tomar para sí los poderes del arácnido, o quizá porque ya fuera una divinidad en el Predinástico.
Como otros animales venenosos fue venerado con dos sentidos aparentemente opuestos: como aspecto del mal y como deidad protectora con cualidades para sanar.
La realidad de observar a la hembra cuidando y transportando durante un tiempo las crías sobre su espalda hizo que se pusiera al animal en conexión con la "madre del difunto" y que se empleara como entidad funeraria con notables cualidades protectoras. Así el escorpión se convirtió en una diosa protectora muy ligada tanto a los vivos como a los muertos. Tal es el caso de la diosa madre de Horus y de algunos de los escorpiones que la acompañaban (Hededet, Selket, Tabitet); simbolizaban aspectos diversos de la madre del dios halcón. Por otro lado también se relacionó con el hijo de Isis, el dios Horus, y con Shed, ya que tanto el uno como el otro poseían la magia de "cauterizar" su veneno al estar implicados en una leyenda en la que fueron picados por estos animales peligrosos.
Precisamente por esta razón los egipcios se erigían unas estelas y figuras, llamadas "Horus sobre los cocodrilos" donde el dios aparece a modo de "Señor de las Bestias". En sus manos sujeta serpientes, escorpiones y otros animales venenosos o potencialmente peligrosos y está en pie sobre uno o dos cocodrilos. El grupo se cubría con fórmulas mágicas y sobre el conjunto se derramaba agua. Ésta, en contacto con las figuras y las fórmulas mágicas, adquiría poderes extraordinarios que tenían la cualidad de sanar a todo aquel que sufriera la misma dolencia.
En Egipto existió una rama profesional vinculada al clero llamada los Sheduehet, encargados de echar a los escorpiones de los templos.

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