Para los egipcios el nombre era un elemento esencial. El nombre representa la esencia del ser. Debía ser asignado nada más nacer para que el individuo existiera realmente y era un concepto importante e imprescindible. Sin el nombre el recién nacido no existía, no tenía identidad, como tampoco podía existir ningún objeto inanimado o deidad.
El nombre era un poderoso instrumento mágico que portaba parte de la esencia de la persona o cosa que lo llevara y su eliminación suponía la anulación de su propio ser. Conociendo el nombre de un dios o de un individuo se tenía control sobre el mismo, se tenía conciencia de su “ser”, pero también se corría el riesgo de una manipulación maligna. Especialmente arriesgado para los dioses era que fueran conocidos sus nombres secretos ya que eso suponía perder el dominio sobre su persona, sobre su energía y transferir en beneficio del conocedor parte de sus poderes. El propio secreto tenía en sí mismo un poder sobrenatural. Al respecto, conocemos una descriptiva leyenda, recogida en el llamado papiro mágico de Turín, donde se nos cuenta cómo la diosa Isis, amparada por su magia, logró enfermar al dios Ra para, por medio de promesas de curación, robarle su nombre secreto y obtener el poder y la fuerza del dios.
Si quieres obtener la fuerza y el poder de Isis, recita algunos de sus sagrados nombres y sentirás su calidez a tu lado:
El nombre era un poderoso instrumento mágico que portaba parte de la esencia de la persona o cosa que lo llevara y su eliminación suponía la anulación de su propio ser. Conociendo el nombre de un dios o de un individuo se tenía control sobre el mismo, se tenía conciencia de su “ser”, pero también se corría el riesgo de una manipulación maligna. Especialmente arriesgado para los dioses era que fueran conocidos sus nombres secretos ya que eso suponía perder el dominio sobre su persona, sobre su energía y transferir en beneficio del conocedor parte de sus poderes. El propio secreto tenía en sí mismo un poder sobrenatural. Al respecto, conocemos una descriptiva leyenda, recogida en el llamado papiro mágico de Turín, donde se nos cuenta cómo la diosa Isis, amparada por su magia, logró enfermar al dios Ra para, por medio de promesas de curación, robarle su nombre secreto y obtener el poder y la fuerza del dios.
Si quieres obtener la fuerza y el poder de Isis, recita algunos de sus sagrados nombres y sentirás su calidez a tu lado:
Iset, auset,
Gran Maga, Señora de la Vida y de la Muerte ,
Hija de Nut, hija de Geb
Reina de Egipto
La de muchos nombres,
La de muchas formas,
Diosa de todas las Diosas
Madre en el horizonte del cielo,
Poder fertilizador del Nilo
Dadora de la Leche de Vida,
Amada de Osiris
Isis Vestida de Negro,
La que escucha
La que llora
La que ayuda a las mujeres
Dama de las plantas verdes
Señora del amor y de la belleza
Toda Generosidad
Gran maga
Conocedora de los misterios de Egipto
La más sabia
La del velo negro
Poder que Sana al Mundo,
Maestra del Encantamiento,
Maestra de la Eternidad ,
Reina del mundo subterráneo
Guardiana de los muertos
La que desata todos los nudos
…
Isis quédate a mi lado por siempre
Te amo y te honro
Bendita seas
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